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| Foto: OSWER DÍAZ MIRELES |
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Historias detrás de un click
Andrea Santolaya (Madrid, 1982) dice ser incapaz de retratar a alguien del que no conozca, por lo menos, cómo se llama y qué hace. La fotógrafa española asegura ser una profesional de la cámara a quien le gusta involucrarse cuando trabaja y contar historias a través de sus imágenes.
Y los hechos lo demuestran. Por ejemplo: para capturar a los boxeadores del gimnasio Gleason's de New York convivió, primero, seis meses con ellos. ¡Hasta se entrenó como boxeadora! Y solo cuando consiguió la complicidad entre los deportistas, sacó su cámara e hizo click.
"Para poder realizar un proyecto, siempre he necesitado una implicación personal. Siempre me involucro. En la fotografía se nota cuando alguien se involucra con su entorno. Cuando yo siento que tengo complicidad es cuando empiezo a trabajar. Claro, al principio tomo algunas imágenes. Pero casi siempre van a la basura. No sale nada interesante. Por ejemplo, los primeros seis meses en boxeo no salía nada (risas). En el momento en el que empecé a entrenar, eso se quebró. Soy incapaz de retratar a alguien si no se cómo se llama, quién es, qué hace, o si no saben qué hago yo y por qué lo quiero hacer. Hay una conversación previa, digamos una necesidad de estar ahí", cuenta.
"Me baso en su vida cotidiana: sus familias, hijos, casas. Todo lo que tenía que ver con el ballet, la danza y la escenografía lo he dejado de lado, porque eso ya lo conocemos, y tampoco voy a aportar ninguna novedad o un punto de vida distinto. Me he basado más en lo que está detrás de los escenarios. Son retratos de ellos en primer plano. Solamente sus caras maquilladas, con sus personajes de principios de siglo. Aquí hay seis retratos principales como pilares de la exposición. El resto son imágenes para situar al espectador", aclara.
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