"Domine, exaudi, oratiònem meam".
Salvación... salvación... salvación... ¿En el jardín? ¿Qué es la salvación? ¿Por qué el Señor? Esas fueron algunas de las preguntas que rondaron por mi cabeza luego de que la profesora Laura nos mandara un correo con unas frases asignadas para elaborar una foto, UNA.
Al principio una me parecía muy poco para lo que yo tenía pensado decir, pero luego, al darme cuenta de que no sabía ni lo que quería decir, me parecía que iba ser rudo. Entonces, comenzaron cientos de preguntas más, luego de investigar el significado de la frase que ni entiendo porque, además, está en latín; resulta que es una frase cristiana. No soy cristiana, no soy católica, a pesar de que, como buena hija de familia venezolana, me bautizaron (tarde, por cierto) e hice la primera comunión (casi tarde también), y ni siquiera me sé completa el Padre Nuestro.
Investigo más y me encuentro con que no hay Salvación para quienes no son cristianos. Realmente, no lo puedo creer, no puedo creer que sea Dios quien decida si vamos para el cielo o para el infierno. No me resulta lógico ni siquiera que la palabra exista (excepto para cuando se trata de salvar unos documentos en mi computadora, antes de que ésta colapse), ni que solo la salvación pueda ser aplicada para cristianos.
Le pregunto a mi mamá y resulta que ella piensa que la salvación la da Dios, pero depende de lo que uno haga. Le pregunto a un amigo y no es exactamente lo que yo pensaba, pero se acerca más. Luego de estudiar filosofía en cuarto año de bachillerato, dejé de creer en Dios; sé que hay algo, sé que hay un ente, pero para mí no es Él.
Tenía una semana para hacer la foto y ya estaba en el último día. Pensé y pensé hasta que me dije: “Tú eres el Universo. Eres tú quien se salva. Eres tú quien debe escuchar su oración. En ti hay un jardín, tu jardín de salvaciones. En ti está un Universo”. En fin, nadie se encarga de Tu salvación, solo tú. Con palabras nunca sé expresar bien lo que siento, lo que pienso, pero siento que, luego de haber pasado tanto tiempo reflexionando lo que significaba la palabra Salvación para mí y ésta en el contexto de la frase, pude lograr la imagen que tenía en mi cabeza.
Tenía una semana para hacer la foto y ya estaba en el último día. Pensé y pensé hasta que me dije: “Tú eres el Universo. Eres tú quien se salva. Eres tú quien debe escuchar su oración. En ti hay un jardín, tu jardín de salvaciones. En ti está un Universo”. En fin, nadie se encarga de Tu salvación, solo tú. Con palabras nunca sé expresar bien lo que siento, lo que pienso, pero siento que, luego de haber pasado tanto tiempo reflexionando lo que significaba la palabra Salvación para mí y ésta en el contexto de la frase, pude lograr la imagen que tenía en mi cabeza.
Una lección reflexiva de una hija.
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