"No se puede llegar a una protesta directamente a tomar fotos, inmediatamente te tildan de infiltrado, gritan: 'cuidado con las cámaras', 'tápense la cara', 'no queremos fotos'. Por seguridad, se tiene que llegar por 'debajito', hablando con los manifestantes, aclarando que no tienes intención de que se les vean las caras y que no tomarás fotos a menos que te den su permiso. Algunos no ceden después de hablarles, pero la mayoría acepta ser retratado sin problema.
Uso una Nikon D3000, la misma desde hace 4 años de cuando empecé en la fotografía, con un lente 18-55mm f/3,5-5,6. Un equipo básico, pero funciona para una fotógrafa amateur, como es el caso.
Siempre hay miedo, pienso que es necesario para este tipo de fotos, la cosa es hacer que esté de tu lado y no juegue en tu contra, que te mantenga pendiente de todo, pero que no te haga perder el sentido común. He tenido que bajar mi cámara por temor: El día 31 de marzo estábamos ubicados en Caurimare, todo trancado, no pasaba nadie, un grupo de motorizados llegó directo a atacar. Al ver la situación, lo primero que hice, supongo que por mi corta edad y poca o nula experiencia en situaciones violentas, fue guardar mi celular, el cual era mi cámara en ese momento, y correr hasta poder esconderme.
No trabajo para nadie, mis fotos no tienen ningún paradero más que Flickr o Instagram; aún así, cada vez que puedo salgo a tomar fotos. Lo hago porque amo esto, a pesar de no tener la experiencia de muchos de los fotógrafos que se encargan de cubrir las manifestaciones. Siento que si no lo hago en este momento, quizás no tenga otra oportunidad. Salgo y documento lo que pasa, no sólo porque es mi pasión, sino porque también siento que se lo debo a mi país".
Verónica Aponte - Fotógrafa (de 18 años)
... lo importante es ser más que un testigo de la historia de nuestra Venezuela, y sentir de cerca los sentimientos que se viven en esos momentos, dejarlos plasmados como legado para los que vendrán. Tu cámara hace historia, al igual que lo hizo torito. ♥
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