lunes, 16 de junio de 2014

Auxi Scarano escribe sobre "Más allá de las sombras"



Por Auxi Scarano, psicóanalista y psicólogo clínico

Aportar la “mirada psicológica” a la Exposición de Efraín Vivas titulada “Más allá de las Sombras…”, tiene -siguiendo a Pessoa - el delicado riesgo de empobrecer la “mirada” con la “mentira de una teoría” , cuando en realidad estamos, frente a la “verdad de una metáfora”.

Si una sombra, es una región de oscuridad done la luz se obstaculiza, ¿qué hay más allá de la sombra? : Hay verdades, las verdades íntimas del fotógrafo y las verdades que encuentra el expectador.

La metáfora de la fotografía, de lo visual, requiere del “ojo del fotógrafo” y del “ojo del público “que la puede apreciar, leer, sentir. Ello es posible si la psique cuenta con la función mental de la simbolización, la capacidad del pensar-se, que es lo que creo mejor aportar para esta ocasión.

Ese “ojo” sabemos, es más que el sentido de la visión. Es el equipo mental para saber percibir, observar, intuir, integrar, interpretar, proyectar y comunicar algo de la realidad externa desde la realidad interna.

El ojo-pisque del fotógrafo parte de la capacidad de reconocer y representar lo que observa, para darle forma y sentido a través de la imagen. La fotografía como expresión de lo inconsciente, de esa intimidad donde la palabra aun no logra gestarse.


La noción de “Sombras” tiene varias acepciones para el mundo de la psicología. En lo personal, dos nociones se me hace evidente en la clínica: la sombra como algo que tapa u oculta otra cosa, una verdad, o la sombra como algo que suaviza.

La mente tiende a ocultar aquello que resulta doloroso, o aquello que implica un esfuerzo ( la dimensión de lo inconsciente). En ocasiones no logramos ver con suficiente claridad dentro de nosotros, sea por ignorancia (no hemos tenido la experiencia, y experiencia que no puede ser re-presentarla, imaginada) , sea porque reprimimos (una vivencia no grata la sacamos de la conciencia, y es “colocada” en alguna otra parte de la psique), o porque nos resistimos a identificarla, y nos resistimos porque duele la verdad y no se sabe soportar.

La sombra en su otra acepción, la que suaviza una luz que molesta, que encandila y no deja ver, es también una necesidad comprensible. Para ver bien hay, que estar listos, tener el instrumento mental adecuado para ver tal realidad, contar con la iluminación adecuada o suficiente para ver con nitidez la realidad. Lo forzado no propera.

Más allá de las sombras suelen haber preguntas buscando encontrar respuestas . Efrain Vivas utiliza una cita de Eliot que parece explicarlo “encontrarte”, encuentro y arte. Se requiere fortaleza interna, del “Yo”, decimos los psicoanalistas, para ver y admitir una “verdad” y transformarla en una realidad digerible. A veces tenemos la verdad enfrente pero si no estamos listos no podemos ni verla, ni admitirla, ni cambiarla. Toca esperar a que se desarrolle el equipo mental interno para ese proceso de reconocimiento de sí mismo y atajar caminos para resolverlas o superarlas.. Entonces se va viendo de a poquito y la sombra refresca lo que resulta muy rudo.

El trabajo de Efraín Vivas logra conmover a quien tiene el ojo visor interno para captarlo. Identificar las metáforas que él utiliza para hablar de lo que estuvo presente y ya no está, como las paredes huecas, como los restos de fortalezas, como las variadas ramas que se tienen en la vida para abrirse al mundo.

Vivas nos va presentando las metáforas de los “estados del alma”, como las nubes, lo nublado, y es que la psique en crecimiento debe lidiar con turbulencias o tormentas emocionales que pueden opacar la visión. Ambigüedades , ambivalencias que resolver, así es el conflicto humano. Presencia y ausencia , así es la dinámica del vivir.

Freud en su trabajo “Más allá del principio de Placer”, nos hablará de la tendencia de la psique a funcionar predominantemente desde aquello que genera solo disfrute y placer , y rechaza el esfuerzo que la realidad impone: desarrollar tolerancia a la frustración para construir posibilidades y que las satisfacciones sea las auténticas. Curiosamente es en la “ausencia” donde es posible desarrollar el pensar, es en el vacío donde es posible construir y desarrollar nuestra creatividad. Se trata entonces de tolerar la ausencia, lo no presente y re-presentarlo desde la imaginación, desde la creatividad de plasmar, proyectar en el afuera lo interno . La fotografía , el arte en general, es el recurso sano.

Vivas hace recordar a través de los “restos de fortalezas” que hay fragilidad en lo humano, fotografía la presencia de la ausencia. La pared ahuecada nos hace imaginar que otrora hubo allí una ilusión que alguien construyo, un lugar que delimitó un espacio, una historia, pero que ya no está, ya no es.

En la psique siempre hay restos, huellas de las experiencias, lo que en algún momento fue construido, estuvo entero, el tiempo, las circunstancias, las frustraciones, logran destruirlo, cambiarlo, desaparecerlo, como las ilusiones de un momento; su propuesta hace evidente que el tiempo, la rutina, la vida, deja huecos, orificios como los traumas que afectan las paredes del sí mismo ...como la casa que ya no es hogar pero supone haberlo sido. Es un trabajo sobre las pérdidas para recuperarse sí mismo, reconstruirse de nuevo.

Vivas confronta con el dolor del pasado, con lo que no fue posible, con el infinito y con el “ horror del futuro” si no se transforma éste (“enamorarnos con horror de las tierras próximas”, siguiendo a René Char) .

Muchas ramas aparecen en el trabajo de Vivas y más allá de lo que ocultan o permiten ver, las ramas son oportunidades. Las verdades son caminos que conducen a otros caminos. A veces usamos las ramas para evadir ( irse por las ramas, para no centrarse) pero por lo general, las ramas son las diversas modalidades que podemos tomar hasta llegarle a algo. A veces el peso de las ramas hace caer, y a veces la vida no da otra sino que ser y existir con dicho peso, hasta que la costumbre diluye el peso y se convierte en paisaje y en una nueva estética. Así lo ilustra Vivas en la foto del árbol cuyo hermoso ramaje cae al suelo y lo acompaña de las líneas de Pessoa:

… es en nosotros donde los paisajes tienen paisaje.
Por eso, si los imagino, los creo; si los creo, son;
si son, los veo como a los otros (…)
Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

Fernando Pessoa, Libro del Desasosiego



La tragedia de lo psicótico o autista, es que no se puede imaginar, no se puede crear ni jugar, para este funcionamiento mental el sueño es realidad, no existe el “como si ”. La cosa, es. Por ello el tipo de angustia resulta altamente persecutoria, no se tolera lo ausente y no puede rellenarse o recurrirse a las imágenes o pensamientos para contenerse y aliviarse. En este caso hablamos de que más allá de las sombras, está todo muy oscuro.

La psique es bilógica, es decir, funciona con dos lógicas. Hablamos de la lógica simétrica y la asimétrica. En la simetría, muy del funcionamiento psicótico, se igualan las cosas, se trata la cosa en sí, no hay procesos de simbolización , no hay metáfora sino concretud, la cosa es en sí misma, no hay re-presentación de la cosa ( no se admite la separación). El símbolo no funciona, símbolo y cosa pasan a ser la misma cosa. Es un funcionamiento mental donde no se tolera la diferencia, ni la otredad, todo es “yo”. Así, al psicótico no le es posible recrearse con la noción de “paisajes”, un árbol caído es un árbol caído y no más. El yo queda fusionado con la cosa simbolizada.

La lógica asimétrica, admite la diferencia, discrimina, capta la analogía, utiliza la metáfora. Es la del pensar e imaginar. En este caso, más allá de la sombra, aparece entonces un paisaje. Y más allá de la sombra está la esperanza de contar, construir una relación con otro que llena, que le da mejor sentido a la vida.

Lo ausente, lo no-presente puede re-presentarse , y así, la ausencia física, puede tolerarse y en consecuencia, recrearse. La imagen nos recuerda que hubo algo, puede transformar la frustración de la ausencia en presencia. El símbolo así, se amolda a los propósitos de la sublimación y de la comunicación.

Para los psicoanalistas la capacidad de simbolización se gesta en el inicio de la vida, en la mirada de la madre y el padre, en el reconocimiento amoroso y respetuoso de la existencia diferenciada del bebe, al que se le respeta la individualidad, la diferenciación y la identidad . La función continente de la madre (y padre) que atiende y recibe las necesidades y ansiedades tempranas configurando confianza básica, le permiten desarrollar tolerancia a la ausencia, a la espera, a la frustración y “hacer el duelo” por las expectativas con las que se llega a la vida y no obstante, la realidad no cubre. Padres que calman, contienen con su función de sostén emocional y adjudican significado a las experiencias de la incipiente vida, es lo que favorece el desarrollo de la capacidad de pensar y la creatividad.

La cámara fotográfica es un instrumento, el puente entre psique y ojo del fotógrafo que la usa, es el vínculo entre el contenido de la mente del fotógrafo y el “papel” (formato), continente con su forma, imagen y sentido. Su adecuado “uso” permitirá el proceso de transformación de sensaciones, emociones en pensamientos y conceptos.

Tomar la foto, está asociado a la función mental de buscar formas , encontrar, procesar, elaborar, conferirle sentido a lo vivenciado, buscar formas para darle un sentido. Cuando fracasa la función de simbolizar, resulta la concretización de la experiencia o situación, no es posible contar con el recurso de fotografiar la vida ni otorgarle otros sentidos a la experiencia para comprenderla y enriquecerla o crecerla.

Profundidad=distancia=separación son las bases del pensar y un existir tridimensional , que permite transformar aquello que la psique rechaza por aquello que puede tolerar, aceptar e incluso disfrutar.

El trabajo de Efraín nos presenta grietas , las heridas del “tronco” mental , las espinas .Fotografía las arrugas de la experiencia, que más que delatar la juventud pérdida, resaltan robustez, firmeza, entereza. Dependerá de la sombra personal del que observa la foto.

Aparece la soledad, no necesariamente soledad vacía, como en ese árbol que es mostrado “solo”, pero acompañado de otros elementos del paisaje que le dan vida a la imagen.

Como esa foto llega un paciente a consulta. El analista puede resultar ese “corazón diestro” que saca o rescata al paciente de una turbulencia emocional, curiosamente en los duelos y su superación hallamos nuevas luces para pensarnos la vida.

Paredes de piedras, el muro, la resequedad, testigo de que aquello que si no se riega no crece…Caminos y cielos, extremos que recorrer, horizontes e infinitos como la psique, metáforas de las emociones que implica el vivir, de los estados del alma que nos marcan.

El recorrido de Efrain Vivas hace que te metas tanto que puedas sentir el sonido, el movimiento del viento y el calor de alguna zona árida picándote incluso la piel.

A veces no hay que comprender sino sentir, quien tiene con qué lo logra a través de la muestra que el museo nos ofrece esta temporada

Siendo la foto como recurso, una figura plana, la Fotografía de Efrain Vivas, está llena de espacio, tiempo, profundidad, sentimientos, esperanza y LUZ . Como expresa Yury Liscano, la imagen se revela entre contrastes que van del blanco hasta el negro intenso. Y da para nombrar, que la psique que funciona radicalmente, interpretando la vida solo desde el blanco o el negro inevitablemente quedará reducida y pobre. La psique que crece y madura es aquella que tolera contrastes, y admite las gradaciones grises y sus tonalidades. Con la madurez se logra.

El analista le presta los pensamientos al paciente para pensarse a sí mismo hasta que este cuente con sus propios pensamientos, el fotógrafo le presta sus imágenes. Efraín vivas nos presta sus paisajes más allá de la sombra para proponernos reconocer nuestras sombras , saber que más allá de ellas puede haber luz , invitándola a prender la lámpara interna que todos llevamos dentro.

Escritura, poesía, cámara, psicología, psicoanalista, recursos de los que se ha valido el ser humano para sublimar y transitar la vida más allá de la sombra. El arte sana, preserva al hombre de enfermarse. El hombre se enferma porque se oculta a sí mismo una historia cuyo significado le es insoportable. En definitiva, la oscuridad enferma y la luz asociada a verdad, es libertad.

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