martes, 16 de septiembre de 2014

Una práctica de iluminación en destino desconocido, por Roberto Mata

Lo mejor de Romina es que no respira, por lo menos no aparentemente. Entonces es como fotografiar una botella que se queda quieta mientras movemos luces, hacemos pruebas, acertamos y erramos: Romina sigue igual. Gracias, Romina.

El destino desconocido de esta expedición de Larga Distancia -para el cual los fotógrafos se montaron en las camionetas sin saber si iban al sur, este u oeste del país- resultó ser Río Caribe. Mucho suéter que no se usó, por lo tanto.

La posada, hermosa en detalles y amplia en espacios, fue Caribana. La noche del sábado 30 de agosto utilizamos sus corredores como locación. En esta oportunidad hubo muy poca luz ambiente que combinar, a causa de la noche misma y la muy tenue luz que ilumina los pasillos, por lo que la presencia de los flashes fue mayor.


Flash Canon 580 Speedlite 580 EXII en 45 grados, para la sombra de la baranda sobre el piso
 Lámpara Ranger sin ningún modificador a través de la celosía típica de las casas de la zona. Eso da todas esas sombras tipo manchas que se ven sobre las paredes y el techo
Lámpara Ranger rebotada de la pared blanca de la izquierda en contrapicado para iluminar su rostro. Ningún modificador
Las tres fuentes de luz a la vez
Con tres fuentes de luz logramos una atmósfera que pudiéramos llamar, al menos, particular. Mientras, Romina ni siquiera pestañeó.

El equipo utilizado y la metadata:

Canon 5D MkII

50mm f:1.4

Lámparas Elinchrom Ranger sin ningún modificador.

Canon 580 Speedlite 580 EXII

ISO 100 1/200 f: 7.1

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