martes, 19 de agosto de 2014

Una práctica de iluminación en Paraguaná, por Roberto Mata

En Paraguaná todo queda lejos. Incluyendo La Macolla, breve caserío al noroeste de la península. La Macolla es un lugar no lugar, un punto en el que hasta la naturaleza se detuvo. Fuimos hasta allá, con Larga Distancia Expediciones Fotográficas, dando tumbos en tres camionetas, atravesando trillas entre cardones, perdiendo el rumbo en más de una oportunidad y levantando mucho polvo -no llueve desde hace dos años-, hasta que por fin llegamos.

Tarde, llegamos tarde. Esa es la primera falta que comete un fotógrafo. Llegar tarde, perder la luz. La determinante y esclavizante luz. Resulta que todo es la luz. Al quedarnos sin luz, la improvisamos, así como también el personaje y finalmente la foto.

El cuento técnico:

La medición inicial fue para el atardecer con una subexposición de dos puntos, aunque definir una subexposición para un atardecer sea un poco subjetivo, como casi todo en fotografía.

Hicimos una toma en la que Jordi aparece en contraluz y luego, lo iluminamos con una intensidad en el disparo del flash, similar al diafragma utilizado para la exposición del cielo.

El equipo utilizado y la metadata:

Canon 5D MkII, 24mm f:1.4L

1/40 f: 9 ISO 100

Lámpara Elinchrom Ranger a la mínima potencia con una sombrilla traslúcida sobre un trípode humano: Rafael Gallardo.

Jordi entró con dificultad a un corral de chivos para hacer esta foto
Jordi notó que no era necesario estar dentro del corral para hacer esta foto. La dificultad para salir, estaba por venir
Detrás de cámara, cortesía de José Alberto Fernandes

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