viernes, 30 de agosto de 2013

“El fotógrafo debe estar preparado para lo que venga” - Efraín Vivas

Testigos imbatibles
Dice Efraín Vivas que “la fotografía como medio de expresión es el espejo del alma. Uno tiene un negativo aquí ―llevándose la mano al corazón― y un positivo aquí ―señalando lo que está frente a sus ojos―, y el lente es el canal que te ayuda a sacar tu interioridad y expresarla”. Esa es su manera de ver lo que, junto a la arquitectura, ha sido su oficio durante más de treinta años, aunque su relación con la fotografía comenzó mucho antes cuando era niño y se pasaba el rato mirando cosas a través de una cámara sin saber por qué. 


Estudiando Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela hizo muchas prácticas fotográficas y tomó un curso avanzado con Alexis Pérez-Luna que le sirvió para experimentar, “no era el laboratorio clásico”. Asegura que su primer trabajo “era extraño, porque no era lo que conocemos como comercial, sino fotografía documental para programas audiovisuales”. En esa época se acercó a las expresiones culturales populares, como los diablos de Yare, el Tamunangue y los locos de Sanare.

Con su cámara se marchó a Japón a hacer una maestría y se quedó por 13 años; la llevaba a todas partes y le sirvió para conocer esa nueva cultura. Aquel país se convirtió en el sitio ideal para conocer más sobre equipos y asistir a todo tipo de talleres, “allí había la última tecnología” y formaba parte del Nikkor Club.



El regreso a Venezuela fue propicio para desarrollar Vestigio, “un trabajo que hice principalmente por los estados áridos. Es una geografía donde se ve que hubo un pasado mejor, que con los años fue abandonada y quedó un paisaje desolado. Fue reencontrarme con algo que luego de 15 años se transformó en ruinas”. La serie fue presentada en Roberto Mata Taller de Fotografía y luego, prácticamente, le dio la vuelta a todo el país.

En la escuela de Roberto Mata también fue docente, cuando dictó los cursos Fotografía Infrarroja ―técnica que desechó en los setenta, retomó en Japón y perfeccionó en Venezuela― y Fotografía y Arquitectura, pero no pudo seguir por falta de tiempo. Para Vivas fue una experiencia muy buena que también le sirvió para aprender.

“El fotógrafo debe estar preparado para lo que venga. Exponer no es solo exponer, es tener suficiente madurez para soportarlo todo, para no dejarte quebrar por opiniones en contra. He escuchado comentarios como ‘no tiene ningún valor, no aporta nada’ y, generalmente, lo dicen sin base, solo para descalificar. Por eso siempre les decía a los alumnos que tenían que estar preparados para presentar un trabajo a un jurado que los puede rechazar”, recuerda.
Vestigio

Durante un viaje a Portugal desarrolló Saudade. “Cuando estaba allí solo, me empezó a invadir algo que no sabía qué era, luego supe que era una mezcla de soledad, tristeza, ansiedad… Era la saudade”. Dicha serie que fue expuesta en el Centro de Arte La Estancia y tuvo mucha aceptación por parte del público.

La tragedia de La Guaira lo motivó a realizar el ensayo Testigos imbatibles, cuando él y otros fotógrafos visitaron el lugar. “Lo que me impresionó fue la metáfora de los elementos que, a pesar del desastre, quedaron en pie. Es un trabajo muy dramático, después de exponerlo, lo guardé”. Durante el desarrollo de este proyecto lo acompañó Alexis Pérez-Luna, fotógrafo con quien tiene mucha afinidad. Juntos pronto editarán el libro De cuerpo alma, un trabajo sobre cómo puede cobrar vida el maniquí.

Hace dos años, retomó los retratos, algo que hizo mucho en los  etenta y que luego abandonó. “Cuando uno retrata a la gente espontáneamente estás robándote un momento de su vida, tienes que ser muy osado. En esa época era arrojado, no le tenía miedo a nada, pero después me empezó a dar vergüenza y llegó un momento en el que no lo pude hacer más, me bloqueé. Ahora lo hago con el consentimiento de la persona”.

La obra de Efraín Vivas ha sido reconocido con menciones en el Salón Aragua, Premio Andrés Mata y en la IV Bienal Nacional de Fotografía; también acaba de terminar un trabajo documental sobre el café y está preparando Vestigio II. Sin embargo, ya no fotografía tanto como quisiera, “mucho trabajo, el dilema con el cambio al digital, la ausencia de la película que usaba y el poco tiempo para viajar a los lugares donde hago fotos”.


Mílitza Zúpan - Septiembre de 2006

1 comentario:

  1. El trabajo de Efrain Vivas, gran amigo y colega con el que compartí muchas experiencias fotograficas, posee una fuerza expresiva muy intensa, no hace pactos con la escala de grises para darle mas dramatismo a su obra con un resultado drastico, intenso, inquietante pero a su vez lleno de sentimentalismos. Su obra en infrarojo es digna de ejemplo para muchos fotografos por la forma tan personal de interpretarla. Ojala veamos pronto un digno reconocimiento a su trabajo con una publicacion.
    Alexis Perez-Luna

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