jueves, 29 de agosto de 2013

Pasión por lo digital - Antonio Chagin


Fotografía publicitaria, industrial y artística; presentaciones multimedia, libros en PDF e imágenes intervenidas. Versatilidad podría ser la palabra que mejor define a Antonio Chagin, pues son muchos y variados los trabajos que ha realizado a lo largo de su vida profesional, la cual ya pasa de los veinte años.



Aunque el primer trabajo formal que realizó fue en los años ochenta para la marca de perfumes Azzaro ―publicado en la revista Producto―, su interés por la fotografía data de mucho antes, cuando siendo un niño recibió como regalo una cámara Kodak Instamatic y comenzó a retratar de todo. “Me llamaba mucho la atención, aunque no sé exactamente qué, si la cámara, las fotos o el medio. En bachillerato monté mi cuarto oscuro en casa y comencé a hacer cursos básicos”.

Arquitectura fue la carrera que eligió para cursar en la universidad, y siempre completaba sus asignaciones con imágenes. Sólo había un ‘detalle’: “los profesores me decían que eran mejores las fotos que los trabajos de arquitectura”. Uno de ellos le recomendó que dejara la carrera, le consiguió información sobre dónde estudiar fotografía fuera del país y Chagin se marchó, primero a Londres, luego a San Francisco.

Vinieron entonces foto-reportajes, fotografía industrial y fotografía de productos, esta última fue su fuerte durante un tiempo. En esa área recuerda como su trabajo más especial la imagen que hizo para una valla de Frescolita, aproximadamente en 1994. Ahora, su trabajo fotográfico comercial se ha enfocado en arquitectura y, en paralelo, realiza presentaciones en flash, libros en PDF y páginas web.

El interés por el mundo virtual surgió por una necesidad que tenía de mostrar sus imágenes de otra manera que no fuese papel, “entonces comencé a tocar estos programas que crean presentaciones. Luego me decidí a cursarlo como una segunda carrera”. Precisamente, cuando se fue a estudiar multimedia a Canadá, dejó la fotografía tradicional, hace tres años. “Antes utilizaba ciertos elementos digitales, pero siempre partiendo de lo análogo. Estando allá probé una cámara digital y fue cuando me convencí”.



Desde hace unos siete años, Antonio Chagin viene desarrollando un trabajo algo atípico: fotografías de paisajes intervenidas con Photoshop. Las imágenes impactan por la belleza de cada locación y los detalles que agrega el autor. “Visualizo el elemento en el espacio, hago una relación con el entorno y trato de sugerir algo. Al mismo tiempo hago algo de crítica, a veces positiva, a veces negativa, acerca de lo que han dejado los hombres en el lugar”.

A través de este trabajo, el fotógrafo busca expresar el valor del planeta Tierra y cómo los seres humanos han irrespetado los ciclos de la naturaleza: "el hombre siempre interfiere, y es cuando vienen los problemas”. Reconoce que no ha podido dedicar todo el tiempo que quisiera a este proyecto, por eso entre sus planes está ir pronto a la costa del Pacífico de México para continuarlo.

El trabajo de Chagin ha sido reconocido en muchas oportunidades, como una distinción honorífica en el 50° Aniversario de El Nacional, el II Premio en el Primer Salón Sur-Oriental de la Fotografía en Cumaná (1998), el Gran Premio Preston Publications en Illinois (1999) o ser parte de la revista norteamericana Shots Magazine en 2002. Uno de sus logros más especiales fue haber sido nombrado Mejor Fotógrafo Extranjero en el concurso ACTTEC (2001, España), por La camaronera de Coche, el trabajo que más le ha gustado.

“Organizamos un tour con un señor que manejaba un camión y que quería hacer el recorrido típico de esos viajes, pero le dije que yo le indicaría por dónde nos meteríamos. Vi de lejos un sitio que me pareció extraño y él me dijo que era el puerto de una camaronera abandonada. Entramos y pensó que estaba loco porque tomaba fotos a algo que no tenía interés. En ese momento se metió una nube negra, cubrió la mitad del área y la foto quedó espectacular. Es una imagen muy significativa para mi”, dice sobre La Camaronera.

El versátil Chagin se aventuró en la docencia hace un par de años en el taller de fotografía de Roberto Mata, dictando el curso de Photoshop, y él fue el primer sorprendido con la experiencia: “ha sido increíble, me dicen 'el profe' ―dice riendo―. Nunca lo había pensado, pero parece que tengo el carácter para enseñar”.


Mílita Zúpan - Mayo de 2006

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