martes, 3 de septiembre de 2013

Mucho qué contar - Leo Álvarez

El umbral

Cinco minutos de conversación con Leo Álvarez son suficientes para que no queden dudas sobre su amor por la fotografía. Cuando recuerda alguna experiencia, da la sensación de que la está viviendo nuevamente: habla, gesticula, se emociona… El gusto se siente, es casi tangible.



Es abogado, pero hace unos seis años le dio un vuelco a su vida cuando dejó de ejercer para dedicarse a otro oficio. Todo comenzó cuando convenció a quien era su esposa en aquel momento de que tomara un curso de fotografía en el taller de Roberto Mata, y ella quiso que la acompañara. Él, decepcionado del mundo de las leyes, aceptó y terminó descubriendo su verdadera vocación.

“Estando en el primer nivel Roberto me incluyó en una exposición, ya en ese momento sabía que me había metido en algo de lo que más nunca me iba a poder salir”, recuerda. Así, el otrora abogado, comenzó a hacer algo que sí lo llenaba y su primer trabajo fue para la revista Estampas.

Su participación Mercado de Catia –proyecto organizado por el Museo Jacobo Borges en 2001- y todas sus implicaciones, fueron una escuela: “Ir, ganarte el espacio, entenderlo y tomártelo con la suficiente calma para que sea el propio lugar el que te hable y que no sea sólo tu visión preconcebida. Eso fue lo que aprendí”. Esa dinámica sería también el inicio de innumerables relaciones entre Leo y los lugares donde trabaja: va a tomar fotografías y se sorprende regresando una y otra vez al lugar para conocer más a su gente.

El umbral, ensayo con el que participó en la II Bienal de Fotografía Venezolana Daniela Chappard (2002), experimentó con el contraste entre niños y padres representando una barrera entre el pasado y el futuro. La serie realizada en el Parque de Este ―influenciado por Alexis Pérez Luna y Roberto Mata―, “fue como un juego recrear esos sitios a los que me llevaban a mi de chamo. Hice lo mismo con los míos porque quiero vivir cada momento de ellos como si fuera el último”.

En 2002, aprovechando el momento, se lanzó a las calles a cubrir todas las marchas políticas que se realizaron a partir del 23 de enero. El resultado de esta etapa fue Sobremarcha, un trabajo polémico ―aunque no fue pensado de esa manera― que ha pasado por los salones Michelena, Aragua y Lazo Martí y recibió mención honorífica en la III Edición del Concurso de Fotografía Josune Dorronsoro. Piensa presentarlo en una exposición individual pero cuando sea el momento oportuno, “porque si no lo verían con tintes políticos. No quiero que se use para pescar en ríos revueltos”.
Sobremarcha

Gracias a Sobremarcha le abrieron las puertas de la agencia AP ―de la cual es asiduo colaborador― y comenzó otra etapa que le ha dado la oportunidad de entender la visión de otros, la del docente. En el Taller de Roberto Mata dicta Documentalismo y Fotografía digital.

A finales de este año presentará Carmen de Urea, un trabajo que comenzó mal y terminó cumpliendo un fin: Llegó allí como asistente de un fotógrafo norteamericano “que resultó ser una persona muy desagradable y trató mal a esa gente”. Él continuó y con su trabajo hasta ayudó a reubicar a esas personas, “todo fue tomando un viso sociológico”.

Araya es el proyecto que más lo ha llenado, por muchas razones. “Allí hay realismo mágico. Podría ser un lugar para un cuento de García Márquez, hay situaciones surrealistas. Es la gente más bella que he conocido, un sitio que no podré abandonar nunca, aunque fotográficamente ya lo hice”. Éste ―al igual que Futura y Yare detrás de la máscara― es un trabajo concluido, pero sin fecha de exposición. Mientras, desarrolla Paraguaná y algo sobre los barrios del país.

Mirar atrás para hacer este repaso por sus proyectos le lleva a una inevitable reflexión: “A diferencia de la música o la pintura, la fotografía no necesita un don físico, es simplemente querer contar algo. Puedes empezarlo a cualquier edad; mientras más has vivido, más tienes qué contar. Por eso me encanta”.

Mílitza Zúpan - Agosto de 2006

9 comentarios:

  1. Espectacular artículo…Leo es realmente un gran fotógrafo, con un ojo fotográfico increíble, un gran talento pero sobre todo, un gran ser humano…Su pasión por la fotografía ha despertado el amor por este arte en muchos (incluyéndome) y me ha hecho ver la fotografía desde una perspectiva totalmente distinta. Un gran maestro!!!! Tengo la dicha de conocerlo, de haber sido su alumno y gracias a Dios, hoy en día, su amigo. Gracias!!!
    Adrian Boros

    ResponderEliminar
  2. Estoy muy orgullosos de haber pasado por la vida fotografica de Leo, su trabajo fotografico y su pasion por la imagen lo han llevado a profundizar cada dia mas en la indagacion por este medio tan emocionalment expresivo con un resultado exepcional. Aplausos por sus exitos pasados y por los futuros.

    ResponderEliminar
  3. No conozco a Leo personalmente pero admiro su sensibilidad fotografica...el que le conoce habla de el como un maestro. Sus imágenes son tremendas!!!! me las disfruto cada una.

    ResponderEliminar
  4. Es poner la cabeza, el ojo y el corazón sobre un mismo eje. Jamas olvidare esas palabras. Asi como un cura, Leo te habla de respeto, de honestidad hacia el otro, de saber ganarte al fotografiado. Un gran profesor sin duda.

    ResponderEliminar
  5. Leo es de esas personas que uno conoce y jamás olvida...Me imagino la sensación de Roberto de descubrir a un fotografo excepcional en el lugar menos pensado...

    Para mí hay un antes y un después luego de tener la oportunidad de aprender de una de las personas que más admiro no solo como fotógrafo sino también por su calidez y calidad humana.

    En el documentalismo la objetividad es bien valorada, el reflejo fiel del suceso es lo que generalmente se persigue; gracias leo por enseñarme que también en ese relato hay que dejar "tu z del zorro"...que camino increible me has enseñado! Un abrazo gigante y gracias Roberto por compartir su recorrido

    ResponderEliminar
  6. Lo único que supera la calidad como fotógrafo de Leo es su calidad humana, su pasión por la fotografía, por la gente, por contar sus historias. De verdad como otros han dicho, hay un antes y después de Leo, tuve el placer de que fuera mi primer profesor en RMTF y después hice otros talleres con el.

    Un gran profesor y mejor ser humano.

    ResponderEliminar
  7. Sin temor a equivocarme, uno de los mejores profesores de fotografía del país. Gracias Leo.

    ResponderEliminar
  8. Tuve el inmenso honor de compartir nivel 1 con Leo. Desde el dia 0 quedo muy claro que su habilidad para la fotografia era natural, el ojo venia solo. Ya desde los primeros dias, lograba resultados increibles (que dejaban al resto de la clase cuestionando sus propias fotos, jeje).

    Eso sumado con una pasion y dedicacion admirable, tenemos hoy un magnifico fotografo, de los mejores que conozco.

    ResponderEliminar
  9. Es totalmente imposible decir algo malo de Leo, ni como persona, fotógrafo , profesor o amigo...es una persona de esas que llamamos de "oro".

    ResponderEliminar