viernes, 6 de septiembre de 2013

Fotografías que trascienden - Ricardo Jiménez







Desde el carro

Premio de Fotografía Luis Felipe Toro 1986, reconocido en la V Bienal de Guayana 1997 y mención honorífica en el Premio Josune Dorronsoro 2001; ha hecho fotografía documental y publicitaria y sus trabajos han sido expuestos en Bélgica, Argentina, Estados Unidos, Italia, Australia, Brasil e Inglaterra. Es mucho lo que se puede decir de Ricardo Jiménez. Quizás, lo mejor es comenzar por el principio.



En los años 70 estudiaba psicología en la universidad, aun cuando siempre le había llamado la atención la imagen. Se devoraba las revistas Life, National Geografic y hasta las Vanidades que compraba su hermana, y no precisamente por ser un ávido lector: lo de él era ver las fotos. Un día se decidió a hacer un curso, dejó a un lado la psicología y comenzó a trabajar con un amigo haciendo fotos fijas en películas.

Se fue a Inglaterra a cursar la carrera y allí conoció a otro joven venezolano que también estudiaba fotografía, Ricardo Gómez Pérez. Sus gustos eran bastante afines y ambos se hicieron asistentes de Bryan Griffin ―uno de los fotógrafos más populares para ese entonces―, lo cual significó un verdadero privilegio. “Había un montón de chamos que querían trabajar con Bryan y él les respondía: No, yo ya tengo a los Ricardos”. De allí nació el nombre de la reconocida firma que formaron hace 20 años: Ricar2.

Ocean Drive Venezuela, Complot Magazine e In Camera son algunas de las publicaciones para las que Ricar2 ha hecho su aporte; también han sido parte de importantes campañas publicitarias. Sin embargo, fue en la revista Gerente que realizaron sus primeros trabajos, los cuales fueron marcaron un antes y después. Influenciados por el trabajo de Griffin, desecharon los típicos retratos de gerentes acartonados, los sacaron de sus oficinas y los pusieron a posar.

En su trabajo individual, Jiménez busca trascender la realidad, por eso siempre utiliza el blanco y negro: “Podría hacer algo en color, pero creo que sería más difícil lograr esa trascendencia”, mas no descarta utilizarlo en algún proyecto. Esa búsqueda tiene que ver con capturar lo cotidiano, como lo hizo en Desde el carro, una serie realizada desde su propio automóvil, inspirada en un trabajo de Robert Frank. En 1994 fue publicada por Fundarte como parte de El Espejo, una colección dedicada a fotografías de Caracas.

El interés por retratar costumbres lo ha motivado a hacer fotografías no convencionales de bodas, desde hace más de 10 años. Este seguimiento comienza cuando la novia se está arreglando en casa y continúa hasta la celebración; él siempre está allí, sigiloso, capturando cada detalle sin que se sienta su presencia. Luego arma toda la secuencia en un libro, como si fuese un documental de ese día. “Una vez el padre de uno de los novios me dijo: ¡Ah, tú eres un paparazzi! Y ésa es prácticamente la descripción del trabajo”, dice. Así, lo que comenzó como un regalo de bodas para su cuñado, hoy es uno de los trabajos que más disfruta hacer.

Ahora está realizando un proyecto que inició hace seis años: Gallos y galleras. Este trabajo es una idea de su amigo Igor Barreto, poeta y gallero, y se trata de mostrar todo lo que significa la compleja cultura de gallos que existe en nuestro país, pero no ha sido fácil involucrarse en las diferentes situaciones.

Bitácora

Bitacora
Durante su infancia, Ricardo Jiménez viajó por todo el país con su papá. Influenciado por esa experiencia, cuando los organizadores de la V Bienal de Guayana (1997) le propusieron que preparara un proyecto, decidió hacer un diario fotográfico de un viaje de Caracas a Ciudad Bolívar. Su amigo Álvaro González le hizo un libro a mano; en él colocó cada imagen con su título, fecha y hora, y lo llamó Bitácora. La propuesta recibió un premio que significó una grata sorpresa para el autor; mientras la mayoría de los trabajos de la Bienal eran arte contemporáneo, lo de él era 100% fotografía tradicional.

Bitácora es el trabajo ideal, significa lo que siempre me gustaría hacer: viajar, tomar fotos, estar en contacto con la gente”. Por esa misma razón, de sus trabajos comerciales, también recuerda con especial agrado uno que hizo para DHL viajando por toda Venezuela, retratando gente normal.

El fotógrafo Roberto Mata pasó un buen tiempo convenciéndolo de dar clases en su taller, pero él no se decidía, “hasta que un día me dijo: ya está todo listo, tienes que hacerlo, y acepté”. El taller que dicta se llama Bitácora y ha resultado una experiencia muy interesante para Jiménez: “Me gusta mezclar la literatura y la fotografía. A veces asigno una frase de una poesía a cada alumno y a partir de allí tienen que hacer una foto. La imaginación empieza a volar, ¡se vuelven locos!”.

Mílitza Zúpan - Agosto de 2006

No hay comentarios:

Publicar un comentario